La Selección Mexicana dio un paso más hacia la Copa del Mundo del 2026 al empatar con Japón en un partido amistoso que deja mucho que desear para los aficionados mexicanos. Aunque México creó varias oportunidades de gol, no pudo aprovecharlas y terminó igualando a su similar japonés en un encuentro que se jugaba sin presión de resultados.
La expectación era alta antes del partido, ya que Japón es considerado uno de los equipos más fuertes del mundo y una victoria mexicana habría sido un gran boost para la confianza del equipo. Sin embargo, la selección nacional no pudo aprovechar su superioridad en el campo y se vio obligada a compartir los puntos con sus rivales asiáticos.
Uno de los momentos más destacados del partido fue el regreso al equipo de Hirving «Chucky» Lozano, extremo mexicano que había estado ausente por más de un año debido a lesiones. Lozano demostró que todavía tiene juego en su haber, creando oportunidades y siendo un peligro constante para la defensa japonesa.
A pesar del empate, el partido también tuvo sus momentos negativos para México. La selección nacional creó varias oportunidades de gol, pero no pudo aprovecharlas debido a una falta de precisión en el final de juego y a la gran actuación del portero japonés. Japón, por su parte, se mantuvo firme y logró igualar el partido con un gol en el segundo tiempo.
La selección mexicana tiene ahora un plazo de tres semanas para rehacerse y trabajar en sus debilidades antes de enfrentar a otros equipos fuertes en partidos amistosos. La próxima Copa del Mundo es un objetivo importante para México, y la selección nacional necesitará mejorar su juego si desea tener opciones de avanzar en el torneo.
En resumen, aunque el empate con Japón no fue el resultado que México buscaba, el partido brindó oportunidades para que los jugadores mexicanos se pusieran a prueba y puedan aprender de sus errores. Lozano es un ejemplo de esto, ya que su regreso al equipo puede ser un toque importante en la confianza del equipo antes de la Copa del Mundo.