
En un llamado a la acción que ha generado controversia en Washington, la congresista republicana Marjorie Taylor Greene pidió la semana pasada a la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobar un proyecto de ley para convertir el inglés en el idioma oficial y único del país. La moción fue motivada por las palabras de Bad Bunny, el famoso artista puertorriqueño que se presentará en el entretiempo del próximo Super Bowl.
En una publicación en su cuenta de Twitter, Taylor Greene citó las declaraciones de Bad Bunny, quien dijo que Estados Unidos tiene cuatro meses para aprender español antes de su actuación en el medio tiempo del próximo 8 de febrero. La congresista ultraconservadora describió la afirmación de Bad Bunny como «perversa y no deseada», lo que generó una respuesta mixta entre los partidarios y opositores.
La petición de Taylor Greene para convertir el inglés en el idioma oficial del país tiene sus raíces en un debate más amplio sobre la identidad cultural y la diversidad lingüística en Estados Unidos. A pesar de ser el idioma más comúnmente hablado en el país, el español es hablado por una gran cantidad de estadounidenses, particularmente en áreas con grandes comunidades latinas.
La propuesta de Taylor Greene no ha sido bien recibida por muchos miembros del Congreso y expertos en educación. «No hay necesidad de hacer que el inglés sea el idioma oficial», dice María Elena Durón, una profesora de lingüística en la Universidad Estatal de Florida. «Estados Unidos es un país diverso y multicultural, y debemos fomentar la diversidad lingüística en lugar de intentar imponer un solo idioma».
La petición de Taylor Greene también ha sido criticada por algunos como una forma de marginalizar a las comunidades latinas que habitan en el país. «Esto es un intento claro de silenciar y excluir a la comunidad latina», dice Jorge Ramos, un periodista y activista por los derechos humanos. «El idioma español no es un obstáculo para la integración en Estados Unidos, sino más bien un reflejo de la riqueza cultural y lingüística que tenemos como país».
La reacción a la petición de Taylor Greene también ha sido mixta entre los partidarios del presidente Donald Trump. Algunos han apoyado la idea de hacer el inglés el idioma oficial, mientras que otros han criticado la moción como un intento de dividir al país.
En cualquier caso, la petición de Taylor Greene ha generado un debate importante sobre la identidad cultural y la diversidad lingüística en Estados Unidos. Mientras tanto, Bad Bunny sigue con su plan de presentarse en el entretiempo del próximo Super Bowl, sin mencionar si realmente espera que los estadounidenses aprendan español antes de su actuación.