
En el mundo del bienestar, la tendencia al día siguiente ya está aquí, y las palabras mágicas como «biohacking» y «epigenética» parecen ser el pasaporte a una vida más larga y saludable. Sin embargo, hay alguien que está revolucionando la industria de manera más profunda y sostenible. Nigel Franklyn, apodado como «The Spa Whisperer», no se contenta con hablar sobre las últimas tendencias, sino que se compromete a crear espacios que conecten verdaderamente con el alma humana.
Recientemente, Forbes tuvo la oportunidad de visitar uno de los lugares más inspiradores de Franklyn: el Palacio de Minos, ubicado en la isla griega de Creta. Es un espacio que respira tranquilidad y serenidad, donde el bienestar no es solo una serie de tratamientos o técnicas, sino una experiencia integral que une cuerpo y espíritu.
La pasión de Franklyn por el bienestar surge de su propia experiencia personal. Después de superar una enfermedad crónica, se dio cuenta de la importancia de encontrar un equilibrio entre la salud física y emocional. «Me di cuenta de que el bienestar no era solo sobre hacerme sentir bien, sino también sobre encontrar una conexión profunda conmigo mismo», explica.
Con este enfoque, Franklyn comenzó a diseñar espacios que fomentaran esa conexión. En el Palacio de Minos, por ejemplo, hay áreas dedicadas al relajamiento, la meditación y la reflexión. El sonido del mar y la luz natural crean un ambiente pacífico que invita a los visitantes a conectarse con su propio ritmo. «Quiero que las personas se sientan cómodas aquí, como en casa», dice Franklyn.
Su enfoque no es solo sobre crear un espacio físico más apacible, sino también sobre fomentar una cultura de bienestar verdadera. «No quiero que mis clientes se sientan como si estuvieran ‘haciendo algo bueno’ para sí mismos», explica. «Quiero que se sientan parte de un proceso más grande que los une con la naturaleza, con ellos mismos y con otros».
En el Palacio de Minos, esto se traduce en la creación de programas que combinen tratamientos spa con actividades como la meditación, la yoga y el senderismo. Los visitantes pueden elegir entre diferentes paquetes que van desde un fin de semana relajante hasta retiros más prolongados. «Quiero que mis clientes puedan encontrar un equilibrio en su vida», dice Franklyn.
La filosofía de Franklyn es contagiosa, y se puede ver en la forma en que sus empleados trabajan con los visitantes. Son personas entrenadas para escuchar y comprender las necesidades individuales de cada persona, y no hay un solo «tratamiento» estándar que se les propone. En su lugar, se les invita a explorar diferentes opciones y encontrar lo que mejor se adapte a sus necesidades.
En este sentido, el Palacio de Minos es más que un spa o un centro de bienestar – es un espacio que fomenta la conexión, el crecimiento personal y la autoconocimiento. Es un lugar donde las personas pueden encontrar paz, inspiración y una mayor comprensión de sí mismas.
La transformación que Franklyn está logrando en la industria del bienestar no se debe a las palabras mágicas o las últimas tendencias, sino a su compromiso con crear espacios auténticos y sostenibles. «Quiero dejar un legado más allá de mi propia vida», dice. Y, sin duda, ya está haciendo justicia a ese deseo.